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Publicado por ARMH

Exhumación Coya – Piloña (Asturias)

El 26 de septiembre de 2022 se iniciaban las labores de búsqueda de una fosa común en el paraje El Corralín de Coya en el municipio de Piloña (Asturias). Allí se esperaba encontrar los restos de tres personas: Alfredo Velasco Rueda, Laureano Corrales Oro y Paciente Huerta Peón, asesinados el 22 de noviembre de 1937.

En una prospección en el año 2020 fueron localizados varios casquillos de balas junto al lugar en el que los testimonios ubican la fosa. En ella se recuperaron los objetos metálicos, se trataba de 5 casquillos de fusil Mauser – 7×57, un cargador, clavos de hierro y una cuchara. Además de esto, el detector daba mucha señal cerca de la ubicación donde se cree que podían hallarse los restos de estas personas represaliadas.
Ya en la primera mañana de inicio de la búsqueda la Asociación localizó los restos de una persona justo en el lugar señalado por testigos. Testimonios como el de Severino Vigón al que hace 45 años le contaron en un bar que en Puente Tano había un hombre enterrado al que habían fusilado en 1937.

Una vez localizados los restos y como en otras ocasiones la Asociación procedió a cursar una denuncia de aparición de restos ante la Guardia Civil. A lo largo del día se personó allí la policia judicial con la orden de paralización de la exhumación. Esta paralización se demoró a lo largo de 3 días en los que la familia y el equipo esperaron y custodiaron los restos sin recibir una sola explicación por parte del juzgado, aunque se personaron allí en varias ocasiones. No es el mínimo trato humanitario que merecen las víctimas del franquismo ni los familiares.

Finalmente, el viernes, recibimos la visita de un forense del Instituto de Medicina Legal que autorizó al equipo a continuar con los trabajos de exhumación. Esta exhumación que se podía haber resuelto en dos días se alargó durante cinco, mostrando el abandono de las instituciones a las víctimas de la dictadura franquista.

Finalmente solo aparecieron los restos de una persona y no de tres como se preveía. La familia de Alfredo Velasco espera que los restos sean los de su bisabuelo, fusilado el 22 de noviembre de 1937. Tenía 53 años y 12 hijos. El ADN de los restos encontrados se contrastará con los hijos vivos que quedan de Alfredo Velasco. Dos viven en Buenos Aires y uno en Oviedo que también se llama Alfredo, y tenía 4 años cuando asesinaron a su padre. Aunque de no ser la persona buscada se ha abierto otra línea de investigación sobre el paradero de los tres vecinos de Cabranes, que los situaría en el viejo cementerio civil de L´Infiestu.

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