La ARMH inició el 19 de septiembre la exhumación de una fosa común en el cementerio de Bértoa, perteneciente al concello de Carballo. En ella se esperaba encontrar los restos de: Francisco Miguel Fernández Díaz, Juan Boedo Pardo, de Pedro Pinilla Calvete y de su padre Pedro Pinilla Fraga.
La ARMH ya tenía contacto con dos de las familias pero llevaba tiempo tratando de localizar algún familiar de Pedro Pinilla Calvete o de Pedro Pinilla Fraga, para que pudiera asistir a la exhumación y se pudieran tomar muestras de ADN para una posible identificación genética de los restos. Finalmente y gracias a la reconstrucción del árbol genealógico se consiguió localizar a parte de la misma.
Durante los trabajos de búsqueda se encontraron cuatro cuerpos, todos ellos con evidencias de muerte violenta. En un primer momento la prospección dio resultados negativos ya que en la zona se encontraban numerosas sepulturas que habían sido removidas en años anteriores. Finalmente unos metros más hacia el interior del cementerio aparecieron las cuatro víctimas alineadas en entierros individuales. Que las víctimas aparecieran enterradas individualmente en ataúdes de diferente tipo confirmó lo que se notificó en su día a Syra Alonso, viuda de Francisco Miguel, cuando intentaba localizar el cuerpo de su marido. Según testimonios orales estos ataúdes fueron costeados gracias a la contribución de varios vecinos del pueblo y con la ayuda del párroco Don Narciso.
Se recuperaron varios proyectiles en cada uno de los cuerpos, confirmando así una muerte violenta y el ensañamiento contra las víctimas, ya que uno de los cuerpos tenía cinco proyectiles en diferentes partes de su cuerpo.
Tras la aparición, durante los días que duraron los trabajos de la última familia que faltaba, se completó así la posibilidad de identificar a las cuatro víctimas. Algunos familiares pudieron estar presentes durante los trabajos y vivir con una tremenda emoción el descubrimiento de los restos y el proceso de recuperación de los mismos.
Los restos fueron trasladados al laboratorio de la Asociación en Ponferrada, donde ya se han limpiado y próximamente se tomarán muestras de ADN para que puedan ser identificados genéticamente.
El Concello de Carballo colaboró en todo momento con el equipo de la exhumación para facilitar su labor. Algunos vecinos se acercaron para mostrar su solidaridad con las familias y ofrecer cualquier tipo de ayuda al equipo de la exhumación.