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Publicado por ARMH

Un tesoro desde el infierno

Hoy se conmemora la liberación de Mauthausen en 1945. Allí murió el abuelo de Laura. Hace un año que descubrió quién era, con unas cartas. Bárbara investiga el destino de su bisabuelo. Dos ourensanos en el horror nazi.

laregion.es / Elisabet Fernández / 05/05/2021

Hace solo un año que Laura García se enteró de quién era su abuelo. José García Rodríguez (Baltar, 1902) fue uno de los veinte ourensanos asesinados en Mauthausen. Esta mujer de Barcelona descubrió también sus orígenes gallegos. Fue a través de las cartas que su tía política conservó en una carpeta y que le entregó ahora. Doce misivas a su mujer, Ángeles, y a sus cuatro hijos, entre marzo de 1939 y abril de 1941.

«A veces tengo que parar de leer. Son tremendas. Se excusa por todo, por dejar desamparada a la familia. Y son cartas de muchísimo amor. Aún no encuentro palabras para describirlas», cuenta. A la ourensana Bárbara María Pérez le ocurrió algo similar: «De mi bisabuelo solo me habían dicho que lo habían matado en Alemania. No se hablaba más». Es la bisnieta de Avelino Pérez Rodríguez (Entrimo, 1899). Murió en Gusen el 19 de diciembre de 1941. Cuatro meses después que el abuelo de Laura, y en el mismo campo. Las dos coinciden: «Que esto no quede en el olvido». Hoy se conmemora la liberación del campo de concentración de Mauthausen en 1945. Es el Día del Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en este y otros campos de concentración. Un infierno del que no salieron estos dos ourensanos. Dos historias que siguen tirando del hilo para que el pasado no se olvide.

Cartas de amor

 

José García Rodríguez fue encarcelado en Gusen el 20 de octubre de 1941, con el número de prisionero 14331. Murió dos meses después, a las 2,10 horas. La causa de la muerte: miocarditis. Los registros suelen certificar este tipo de fallecimientos naturales tras los que se ocultan los asesinatos. Tenía 41 años. «Si tengo que ir a Ourense y poner unas flores en Baltar, en su lugar natal, voy. Me gustaría que se reconozca. Esto no puede quedar en el olvido», afirma Laura García, todavía sorprendida con lo que ha descubierto.

Las cartas son muy duras. Están escritas desde el campo de refugiados de Argelés, desde los destinos de la Segunda Compañía de Trabajadores Españoles y desde el Stalag 11-A. Fue su tía política la que le entregó las cartas hace un año, la mujer de uno de los hijos que dejó José García. El padre de Laura apenas tenía tres años cuando su abuelo fue encarcelado. Y los hijos nacieron en Madrid, para después trasladarse a Barcelona. De ahí que Laura García desconozca por completo sus orígenes gallegos.

Las cartas. «Te quiero tanto, Ángeles. He sido tan dichoso a vuestro lado que no estaba preparado para este cambio brutal de la suerte», se lee en uno de los fragmentos. Una caligrafía impecable en la que José García subraya palabras como «tu padre» o los nombres de los niños.  Están escritas con carbón. Se lamenta de dejarles desamparados en Barcelona, pero conserva la esperanza de regresar. Frío, plagas de piojos, dientes rotos, trabajos forzados… y las duras condiciones de vida en el lugar en el que murió. Eso es lo que explica este ourensano de Baltar en la correspondencia, en la que, según Laura, oculta a su mujer la durísima realidad del campo de concentración.

«Necesito sentirme en paz. Que esto se sepa. Porque vivieron un infierno y tanto mi abuelo como los demás deben ser reconocidos», explica esta barcelonesa. De su abuelo, al que ahora conoce por estas cartas, dice: «De él conservo las ideas y las cartas».

Construyendo una biografía

Una corazonada le llevó a Bárbara María Pérez a pensar que su bisabuelo era una víctima del Holocausto. Buscó su nombre en el Memorial de Mauthausen. Y allí estaba: Avelino Pérez Rodríguez, natural de Entrimo, fallecido en Gusen el 5 de agosto de 1941. Esta ourensana empezó hace unos años el viaje de la reconstrucción de la biografía de su bisabuelo. Pistas y documentos que pueden tardar hasta un año en llegar, periodos largos de espera para que las instituciones sigan ayudándole a encontrar más datos. «Cada vez que continuaba investigando, me lo tomé como que esta era mi misión», cuenta. Saber qué le ocurrió a su bisabuelo. «En los registros aparece como miliciano, simplemente era de izquierdas», explica. Lo capturaron los alemanes en Francia, cuando realizaba trabajos viales. «Creo que él ayudaba en labores de avituallamiento». Bárbara continúa averiguando las «lagunas» de su periplo. Le gustaría saber en qué campo estuvo en Francia. Su bisabuelo murió en Gusen, a los 42 años, con el número de prisionero 10.021. Causa: bronconeumonía.

Los 20 ourensanos que fueron víctimas del infierno de los campos nazis

Un total de 34 ourensanos, según los registros disponibles, fueron víctimas del Holocausto. Lo fueron con destinos dispares: «fallecido», «liberado», «evadido». De algunos no se supo nada nunca más. Nueve fueron liberados.

Fallecieron 20: José García Rodríguez, Manuel Yebra Dacoba, Julio Rajó Lorenzo, Antonio Villar Febrero, Isauro González Prada, Tiberio Fernández Lorenzo, Jesús Vázquez Valdominos, Avelino Pérez Rodríguez, Abilio Álvarez Bernardo, Antonio Diéguez Blanco, Benedicto Folla Arias, Ramón Conde Ramos, Antonio Araújo González, Manuel Soutullo Iglesias, Antonio Vázquez González, Eligio Formoso Fernández, Jesús Fernández Rodríguez, Demetrio Rey Domínguez, Magín Pérez López y Alberto Suárez Gallego.

De cuatro ourensanos, según los registros, no se supo nada nunca más de su destino: son Antonio Pérez, Francisco Cortez, Francisco Iglesias Fernández y Santiago Durán Durán.

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Fotografía destacada: Avelino Pérez, en una foto de la infancia.

Fuente:https://www.laregion.es/articulo/ourense/un-tesoro-desde-el-infierno/20190505075147869907.html

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