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La purga del franquismo contra la enseñanza: más de medio millón de expedientes de depuración

Por primera vez una web recopila los expedientes que el régimen abrió a los profesionales vinculados a la enseñanza, para que sean «fácilmente accesibles». Recoge también 485.000 consejos de guerra sumarísimos

eldiario.es / Olga Rodríguez / 19/12/2020

El laberinto de los archivos, la ausencia de una ley que los regule y la dispersión de muchos documentos dificulta muchas veces el acceso a los registros por parte del ciudadano común. Así nació la asociación Innovación y Derechos Humanos (IHR World) hace cuatro años, con el propósito de facilitar la divulgación de archivos y documentos a través de una página web que contiene 485.136 registros de causas militares, conocidas popularmente como consejos de guerra, de los Tribunales Territoriales Militares de Madrid, Castellón, Albacete, Alicante, Valencia, Barcelona, Girona, Lleida, Tarragona, León y Zamora. También tiene 137.898 registros de soldados trabajadores y soldados escolta de batallones disciplinarios, los llamados esclavos de Franco.

Ahora a ese gran contenido se suman los 564.269 expedientes de depuración abiertos a profesionales vinculados a la enseñanza que fueron apartados de su cargo de forma fulminante por las tropas que impulsaron el golpe de Estado, a medida que avanzaban posiciones durante la Guerra Civil y especialmente en la posguerra. Son expedientes referidos a maestros y maestras de enseñanza primaria y secundaria, de la Escuela Normal –lo que hoy sería Magisterio–, pero también profesores que ejercían en universidades, en las Escuelas de Ingeniería y Arquitectura, en las Escuelas Taller o de Comercio, entre otras. Además están incluidos ayudantes, auxiliares, administrativos, y «cualquier persona vinculada a la enseñanza a quien alcanzó la depuración, se apartó de su cargo y se incoó un expediente».

Portada de la web de IHR, con 1.284.597 registros de consejos de guerra, maestros depurados, soldados trabajadores de batallones disciplinarios, etc

Con este conjunto de datos la página web de Innovación y Derechos Humanos alcanza 1.284.597 registros que pueden buscarse por nombre y apellido. «Nunca hasta ahora había sido tan accesible la referencia a estos expedientes de depuración», explica Concha Catalán, integrante de IHR World, en conversación con elDiario.es. «La base de datos es un gran trabajo que elaboró durante años el Archivo Central de Educación, aunque actualmente esos expedientes están en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares», explica.

Este nuevo volcado de datos permitirá a cualquier persona interesada en indagar en la historia de un familiar introducir el nombre del mismo y averiguar si fue depurado y en qué archivo del país se encuentra su expediente. Además, IHR World ha hecho uso de información recogida en libros e investigaciones, como Maestros de la República, los otros santos, los otros mártires, de Maria Antonia Iglesias, la tesis doctoral La escuela y el Estado Nuevo. La depuración del magisterio nacional (1936-1943) de Francisco Morente Valero o la de Jesús Manuel García Díaz, La depuración del Magisterio nacional en A Coruña, de 2017.

La represión contra los profesionales de la enseñanza

Los profesionales de la enseñanza fueron duramente castigados por el franquismo. La Constitución de la República de 1931 establecía los principios de una enseñanza pública, gratuita, laica, mixta y obligatoria. Decretos posteriores contemplaron el proyecto de creación de miles de escuelas, y los maestros y maestras recibieron una formación por primera vez de carácter universitario. Fueron formados en el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza, dedicaron tiempo y estudio a la pedagogía.

Como relatan numerosos investigadores, la represión franquista supuso la pérdida de un colectivo de enseñanza muy preparado, con ideas modernas y avanzadas, que fue sustituido por integrantes del clero y profesorado en muchos casos de baja calidad, según se relata, por ejemplo, en el libro Muerte y represión en el Magisterio de Castilla y León, coordinado por los profesores de Historia Enrique Berzal y Javier Rodríguez.

En toda España el golpismo consideró a los profesionales de la enseñanza responsables de haber inoculado en la sociedad «el virus republicano». El proceso de depuración pretendía acabar de raíz con ello y practicar un castigo ejemplarizante a los intelectuales. Varios investigadores señalan que unos 60.000 profesores fueron depurados, «pero esa cifra se refiere a profesionales de un nivel determinado, por lo que la cifra sería mayor», señala Concha Catalán.

Alumnas de las Escuelas Sierra Pambley, León. El encargado de la Biblioteca Sierra Pambley fue fusilado | Fundación Sierra Pambley

Parte de los maestros depurados pudieron volver a ejercer su profesión en la educación pública. Pero al menos un tercio fueron sancionados con un castigo mínimo de un año y medio sin sueldo o expulsados de forma definitiva, teniendo que ejercer como profesores particulares o cambiar de profesión. Otros fueron fusilados. Uno de los próximos retos del equipo de IHR World será especificar el número exacto de depurados guiándose por ese más de medio millón de expedientes.

Los franquistas crearon comisiones que examinaban la trayectoria profesional y privada de cada maestro –con sus filiaciones políticas y sindicales incluidas– y establecían si podía regresar o no a la enseñanza. Dichas comisiones estaban formadas por el director de la escuela o instituto, un inspector, dos vocales y un representante de la asociación de padres, con «probada moralidad católica» y de «solvencia moral y técnica». Necesitaban además informes favorables de personas públicas, como el alcalde, la Guardia Civil o el cura.

En algunos casos, los expedientes de depuración llegaban después de que la persona castigada hubiera sido fusilada. Así ocurrió, por ejemplo, con Dióscoro Galindo, maestro fusilado con Federico García Lorca, cuyo expediente de depuración llegó días después de su asesinato, a través de una comisión presidida por José María Pemán, en la que se incluyó un testimonio contra él del cura. A pesar de que ya estaba muerto lo suspendieron de empleo y sueldo, pidieron a la familia que desalojara su casa y a él que entregara las llaves y el inventario de la escuela.

En muchos pueblos a las maestras les raparon el pelo y las pasearon por las calles principales antes de enviarlas al destierro. También hubo castigo para los integrantes de las misiones pedagógicas, que durante la II República llevaron a los pueblos aislados de España bibliotecas, aparatos de música, discos y conocimiento. La represión contra los profesores tuvo lugar en la mayoría de las localidades españolas y aún a día de hoy hay maestros desaparecidos en las cunetas.

Una mujer supo a través de nuestro registro que su abuelo no había muerto en la batalla del Ebro, como creían, sino en un campo de concentración nazi 

Como relata la web de IHR World, «España fue uno de los primeros países europeos en reconocer la importancia de la educación universal» en un momento en el que existía una elevada tasa de analfabetismo de adultos, estimada en un 30%, alcanzando el 60% en algunas provincias y afectando especialmente a las mujeres. Desde 1932 y en solo cuatro años se construyeron 9.991 escuelas nuevas, una cifra que «debe compararse con el total de 11.128 nuevas escuelas abiertas desde 1900 a 1930».

El Gobierno lanzó un programa para seleccionar y formar a siete mil personas con licenciatura sin experiencia docente y se tomaron medidas para mejorar los salarios de los maestros, que obtuvieron el estatuto de funcionarios públicos y vieron su sueldo aumentado en un 15% entre 1931 y 1933.

Con la publicación de este más de medio millón de expedientes con nombres de gente vinculada a la enseñanza depurada, IHR pretende facilitar el acceso a la información para muchas personas que a menudo se ven obligadas a deambular de un archivo a otro, recorriendo cientos de kilómetros, para encontrar pistas sobre sus familiares o para recabar información para sus investigaciones académicas.

Dióscoro Galindo con el grupo escolar de Santiponce, en Sevilla.

«Hacemos lo que tendría que estar haciendo el Estado: bases de datos de acceso fácil y público», explica Catalán, periodista y experta en Big Data, una de las fundadoras de la asociación, «junto con un activista de los derechos humanos y un ingeniero informático, clave para el desarrollo de la web». A lo largo de estos cuatro años de andadura ha habido mucha gente que ha encontrado expedientes de sus familiares represaliados a través de esta web.

«Incluso hay quienes ni siquiera sabían que sus familiares habían sido fusilados o juzgados en consejos de guerra. Un hombre entró en nuestra web para buscar a una persona y encontró a seis. Una mujer supo gracias a este proyecto que una tía suya, que nunca hablaba, que siempre gruñía, que estaba amargada, había estado dos años en la cárcel y la habían maltratado», cuenta Catalán.

Escuela en España antes de 1936. Una maestra entre sus alumnos.

«Nos mueve el dolor de la gente por no poder acceder a la historia de vida de sus familiares más inmediatos. Nos escribe gente cada mes dándonos las gracias porque han encontrado a un familiar y pueden recuperar así una parte de la vida de su abuelo, de su tía o de su bisabuelo», indican desde IHR.

«Una mujer supo a través de nuestro registro que su abuelo no había muerto en la batalla del Ebro, como creían. Tras esa batalla había cruzado a Francia y terminó preso en el campo de concentración nazi de Gusen, donde falleció. Le dijimos que tenía la posibilidad de pedir indemnización para su madre, que además tenía Alzheimer; le pusimos en contacto con personas especializadas en esto, que, como nosotros, de forma altruista, se encargan de ayudar a quienes pueden acceder a este tipo de ayudas», relatan.

El equipo de Innovación y Derechos Humanos ha impulsado el proyecto de forma altruista, pero necesitan donaciones para poder mantenerlo y desarrollarlo. «Queremos seguir añadiendo más datos. Tenemos un proyecto sobre los juicios sumarísimos a mujeres, con un análisis detallado de todas las mujeres represaliadas en Catalunya por consejos de guerra. Nuestra intención es seguir con este tipo de proyectos. Tenemos acceso a otras bases de datos que aún no hemos podido integrar», explica Catalán.

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Fotografía destacada: Alumnas de la escuela de José Sánchez Rosa en Sevilla, en junio de 1936

Fuente:https://www.eldiario.es/sociedad/medio-millon-nombres-vinculados-ensenanza-depurados-franquismo_130_6516477.html#click=https://t.co/7y66A1A49c

«Nunca creí que llegaría este día», ha dicho la mujer.

huffingtonpost.es / 19/12/2020

El Instituto Navarro de la Memoria ha devuelto a su familia, 84 años más tarde, los restos de Claudio Doroteo Diéguez Loza, vecino de Etxarri Aranatz detenido y fusilado en Alsasua el 13 de septiembre de 1936.

Sus restos, que fueron recuperados en las exhumaciones realizadas en la Sima de Otsoportillo en 2016 y 2017, pudieron ser identificados gracias a una muestra de su hija, Concha Diéguez, depositada en el Banco de ADN público del Gobierno de Navarra.

Esta hipótesis no se había contemplado ya que todos los testimonios apuntaban a que podía estar enterrado bajo la antigua carretera N-1 que pasa por el municipio.

En el acto, en el que han estado presentes 16 familiares, ha participado la hija de Claudio, Concha Diéguez, quien ha trabajado activamente en la búsqueda del paradero de su padre, arropada por familiares, instituciones y asociaciones memorialistas.

Al recibir la caja con los restos de su padre, Concha no ha podido evitar romper a llorar, rota de dolor por los años vividos. “Nunca creí que llegaría este día, pero no perdía las esperanzas”, ha reconocido en declaraciones a la televisión pública vasca.

Presidido por la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, han estado presentes también el director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, Martín Zabalza; el director del Instituto Navarro de la Memoria, Josemi Gastón; el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, así como representantes de diferentes grupos políticos, asociaciones memorialistas, Sociedad de Ciencias Aranzadi, Nasertic, y los alcaldes de las localidades de Alsasua y Berriozar.

Durante el acto, la consejera Ollo ha recordado que Claudio Diéguez, “como la inmensa mayoría de víctimas de la represión franquista en Navarra, fue asesinado únicamente por sus ideas políticas y su actividad sindical”.

Asesinado en un paraje

Claudio Diéguez nació el 30 de octubre de 1900 en San Asensio (La Rioja) y residía en Etxarri-Aranatz, con su esposa y cuatro hijos. Trabajaba en el ferrocarril como fogonero y estaba vinculado a la CNT. El 13 de septiembre de 1936, cuando estaba trabajando en Miranda de Ebro, fue detenido y enviado a Alsasua.

Esa misma noche, según fue informada la familia, fue asesinado en el paraje de Sorozarreta y enterrado allí más tarde. Según diversos testimonios, a finales de los años cincuenta, durante la realización de unas obras en la carretera en aquel lugar, aparecieron unos restos humanos.

Había varias hipótesis al respecto: que se hubieran dejado en el lugar o próximamente, o que se hubieran trasladado a algún cementerio. Sin embargo, el laboratorio genético de la empresa pública Nasertic consiguió identificarlo entre los restos procedentes de la exhumación de 2016 y 2017 en la sima de Otsoportillo.

Esta era una hipótesis que no se había contemplado, y que apunta a que alguien decidió recoger los restos y trasladarlos a esta sima de la sierra de Urbasa, influido seguramente por su valor simbólico como lugar de asesinato e inhumación de víctimas de 1936.

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Fuente:https://www.huffingtonpost.es/entry/concha-restos-padre-alsasua_es_5fde1e9ec5b6e5158fa761c2

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La fosa de las 10 mujeres de Uncastillo: dedales, peinetas y el honor de luchar contra el fascismo

Concluyen las labores de localización y exhumación de diez mujeres del municipio de Uncastillo, en la provincia de Zaragoza, asesinadas el 31 de agosto de 1936 en la localidad de Farasdués.

publico.es / Alejandro Torrús / 16/12/2020

«¿Sabes qué palabras me decía mi madre cuando bajábamos a la plaza del ordinario para estar a la fresca? Me decía: ‘Corazón sin trampa, perla dibujada, naricita de oro, perita confitada’. ¿Ves que palabras más cultas para una mujer de pueblo?».

La persona que habla es Soledad Ezquerra Casalé. Tiene 88 años y lo que cuenta es el único recuerdo que tiene de su madre, Josefa Casalé Suñén. Soledad iba a cumplir cuatro años cuando los falangistas sacaron a su madre de casa, en plena noche, para llevarla a prisión. Sería fusilada al día siguiente, un 31 de agosto de 1936. Soledad no recuerda su cara. Tampoco existe ninguna fotografía o retrato. Lo único que tiene de su madre son estas palabras y una carta. La que escribió Josefa la noche antes de su fusilamiento, un 30 de agosto de 1936, desde la prisión de Ejea de los Caballeros despidiéndose de sus hijas.

Josefa Casalé Suñén pedía a su hija mayor, de apenas 11 años, que cuidara de los otros tres niños, que quedaban huérfanos de madre. Le rogaba que los llevara siempre bien limpios y que no se olvidara de rezar. También que tratara de enseñar a sus hermanos las cosas buenas que ella le había enseñado. Apenas unas horas después de escribir la misiva, Josefa Casalé sería fusilada en junto a otras nueve mujeres de su mismo pueblo, Uncastillo, de la provincia de Zaragoza.

Sin juicio y sin guerra. Pura represión. Serían ejecutadas en Farasdués, una localidad del municipio de Ejea de los Caballeros, y tiradas a una fosa del cementerio local. Junto a Josefa, fueron ejecutadas y lanzadas a la misma fosa Lorenza Arilla Pueyo, Narcisa Pilar Aznárez Lizalde, Inocencia Aznárez Tirapo, Julia Claveras Martínez, Isidora Gracia Arregui, Melania Lasilla Pueyo, Felisa Palacios Burguete, Andresa Viartola García y Leonor Villa Guinda.

Parte de los restos de los cuerpos encontrados en la fosa de las diez mujeres de Uncastillo en Farasdués. Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo

Tenían entre 32 y 61 años. La historiadora Cristina Sánchez, autora de Purificar y purgar. La Guerra Civil en las Cinco Villasexplica a Público que se trata de la primera saca que se produjo en la cárcel de Ejea de los Caballeros. En los días y meses posteriores se habrían producido otras tres sacas: una que significó la ejecución de 12 hombres; después, otra con siete hombres y una mujer; y, por último, una saca de diez hombres, todos ellos del pueblo de Asín.

Ahora, 84 años después de aquellas ejecuciones impunes, la fosa ha sido localizada y exhumada en unos trabajos que han sido promovidos por la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo junto con el Colectivo de Historia y Arqueología Memorialista Aragonesa (CHAMA), que ha contado con la ayuda de otras asociaciones de la zona. También han colaborado económicamente las instituciones de la Diputación Provincial de Zaragoza y de la Comarca de las Cinco Villas.

«Antropológicamente, a la espera de los informes, los cuerpos encontrados son de mujeres. Además, son precisamente diez. Muchos de los cuerpos aparecen acompañados de horquillas, peinetas o dedales, pequeños objetos que llevaban en el momento en el que fueron detenidas y solo un día después fueron ejecutadas», prosigue Cristina Sánchez.

El arqueólogo encargado de los trabajos, Francisco Javier Ruiz, explica en la publicación Uncastillo, Mujeres del 36  que las víctimas fueron elegidas por haber haber participado en la transformación social que supuso el período republicano o como «venganza» por no poder encontrar a otros hombres de la familia que participaban en organizaciones izquierdistas. El caso de Josefa es de los primeros. Josefa estaba marcada por su manera de pensar y de hacer.

Leonor Villa, Melania Lasilla y Julia Claveras, tres de las 10 mujeres exhumadas en Farasdués.  CHARATA

Era una mujer, según cuenta su hija, muy religiosa. Tenía su propio reclinatorio en la iglesia del pueblo, y también era abiertamente republicana. Había aprendido a leer y a escribir por su propia cuenta y cada noche impartía clases en su domicilio para aquellos que no habían podido ir a la escuela. «Y ya se sabe: la cultura lleva a la política», añade Soledad. Además, tras la revolución de octubre de 1934, Josefa había estado vendiendo unas rosas rojas que preparaba con su cuñada para recaudar fondos para los presos.

Ahora, Soledad, junto con otras familias, aguarda noticias de las asociaciones encargadas de los trabajos en la fosa común. Ha donado su ADN para que pueda ser identificado el cuerpo exacto de su madre y explica que su voluntad es que las diez mujeres descansen juntas en el cementerio de Uncastillo. «Llevan más de 80 años juntas y las mataron por tener ideas similares. Me gustaría que siguieran juntas junto a un cartel que explicara por qué las mataron y quiénes son», apunta Soledad.

Así, el cartel que desea Soledad tendría que explicar las razones por las que un grupo de falangistas en nombre de España, de Dios y de las autoridades franquistas hicieron fusilar a mujeres como Narcisa Aznárez, de apenas 32 años, madre de 3 hijas y cuyo único ‘delito’ era tener un hermano de la CNT que había huido al monte. O a Isidora Gracia, hornera, madre de tres criaturas y reconocida socialista. Sin olvidar a Melania Lasilla, asesinada por ser la hermana del alcalde republicano de Uncastillo, ni al resto de mujeres y hombres de Uncastillo que fueron ejecutados en el verano de 1936.

Fotocopia de la carta que escribió Josefa Casalé desde la prisión el día antes de su fusilamiento en agosto de 1936. — Cedida por la familia

De momento, a falta de una decisión definitiva, el deseo de Soledad está más cerca que nunca de cumplirse. Los trabajos de exhumación han terminado y ahora resta el trabajo en los laboratorios de identificación forense y los informes de los expertos. Después se verá cuál es la voluntad de todas las familias, asociaciones e instituciones para tomar una decisión final.

Soledad aguarda el momento a sus 88 años. «Estoy muy orgullosa de mi madre y de las cosas que me van contando de ella. También estoy orgullosa de sus ideas y de su lucha», dice. Mientras tanto, recuerda las mañanas de su infancia en las que se escapó del colegio para no tener que sufrir la humillación de cantar el Cara al Sol. También relata el hambre y la miseria que sufrió en su infancia por culpa de la represión franquista. Una situación económica que comenzaría a mejorar cuando su hermana mayor, la receptora de la carta escrita por Josefa, contrajo matrimonio con un exmiembro de la División Azul que había regresado de Rusia.

«He pensado muchas veces en el dolor, en el sufrimiento y en el hambre que nos hicieron pasar porque mi madre tenía ideas republicanas. Y no lo puedo entender. Venimos a este mundo de paso y nos vamos a los dos días. No veo la necesidad de hacer sufrir a los demás tanta calamidad y tener tanto odio. Pero bueno. Lo que pasó, pasó. Eso no lo podemos cambiar, pero ahora hay que contarlo», sentencia Soledad Ezquerra Casalé.

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Fotografía destacada: Un anillo aparecido en la exhumación de la fosa de las diez mujeres de Uncastillo.  Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo

Fuente:https://www.publico.es/politica/fosa-10-mujeres-uncastillo-dedales-peinetas-honor-luchar-fascismo.html

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Presentación ante el consulado general de Argentina en Vigo de las denuncias de los deportados de Pontevedra a campos nazis

El día 28 de enero de 2020 fueron entregados por los familiares, acompañados por la ARMH, los casos de pontevedreses víctimas de deportación a los campos de concentración nazis. En el consulado de Argentina en Vigo, ante la cónsul general, para incorporar a la Querella argentina.
Fueron presentados los casos de Pontevedra: Domingo Castro Molares,
José Ferradás Pastoriza, Ramón Garrido Vidal, Arturo González Bastos; y del coruñés Francisco Pena Romero

Previamente la investigadora María Torres había dictado la conferencia «27 de enero . Recordemos hoy y por siempre ” que fue presentada por el profesor Xesús Alonso Montero.

PRENSA

https://www.europapress.es/galicia/noticia-presentan-vigo-primeras-denuncias-deportados-campos-nazis-unir-querella-argentina-20200128183155.html

http://www.buscameenelciclodelavida.com/2020/02/una-leccion-de-memoria.html?m=1

https://blogs.publico.es/dominiopublico/30883/memoria-y-justicia-una-vieja-lucha-que-no-envejece-ni-se-rinde/

https://www.atlantico.net/articulo/vigo/primeras-denuncias-deportacion-campo-nazi/20200128233106754776.html

https://afondo.farodevigo.es/sociedad/justicia-historica-para-los-gallegos-confinados-en-campos-nazis.html

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Exhumación Paramos- Val do Dubra

Fosa: Paramos (A Coruña)
Fuente: Informe arqueológico de la exhumación
Autor: René Pacheco Vila
Álbum de fotografías de la exhumación

La Asociación localizó en Paramos (A Coruña), los restos de tres hombres y una mujer asesinados en marzo de 1949. Gracias a la documentación hallada y el testimonio de varios vecinos de la localidad que vivieron de primera mano el suceso, los trabajos de localización y exhumación de los cuatro guerrilleros fueron rápidos y precisos.

Estos cuatro guerrilleros formaban parte del Destacamento “Manolito Bello”, perteneciente a la IV Agrupación del Ejército Guerrillero de Galicia. Fueron descubiertos por la Guardia Civil el 5 de marzo de 1949 en la casa en la que estaban refugiados en Zas, Negreira. Eran cinco los guerrilleros ocultos en el domicilio de la familia Teiga, José María Castelo Mosquera, Vicente Peña Tarrasa, , Manuel Pena Camino, Manuel Ramiro Souto y Carmen Temprano Salorio. De los 5, tan sólo Ramiro lograría salvarse.

Las fuerzas de la Guardia Civil rodearon la casa de Carmen Teiga Rojo, donde empezaría un fuerte tiroteo entre los guerrilleros allí escondidos y la fuerza. Los guerrilleros lograrían en un primer momento escapar, pero pronto tendrían la primera baja, ya que fue herida de gravedad Carmen Temprano, que moriría poco después. El cuerpo de Carmen fue enterrado en el cementerio de Aro ese mismo día.

El resto de guerrilleros continuaron con su fuga, a la que se unió, Manuela Teiga N., ante la más que previsible represalia por ser punto de apoyo de los mismos. Ponen rumbo al norte de la provincia, pero, en torno a las cuatro de la tarde, son sorprendidos en los montes de Paramos (Val do Dubra), a menos de 20 km del punto de partida. Allí, el grupo es cercado y comienza un tiroteo a consecuencia del cual fallecerán cuatro de los miembros del grupo, Castelo, Peña, Pena Camino y Manuela Teiga, logrando escapar Manuel Ramiro.

Los cadáveres de los cuatro guerrilleros fueron expuestos al público en el Depósito Municipal de Paramos. Finalmente fueron enterrados en cajas de madera en el atrio del cementerio de Paramos el día siete de marzo de 1949.

Una variable en esta historia podría ser, según algunos familiares, que una de las personas asesinadas en marzo de 1949 en Paramos sería Erundino Vieito Baña, contradiciendo así los informes de la Guardia civil y la documentación. Según estos familiares, Erundino había escapado con los guerrilleros albergados en la casa de la familia Teiga y nunca más volvería, por lo que ahora serán los análisis forenses y las muestras de ADN las que revelen las conclusiones finales sobre la posible muerte de Erundino.

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Libro visitas-Exhumación Igrexa Paramos

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Exhumación Cementerio de Ponferrada

Fosa: Cementerio Ponferrada (León)
Fuente: Informe arqueológico de la exhumación
Autor: René Pacheco Vila
Álbum de fotografías de la exhumación

Después de varios años de investigaciones y búsqueda de documentación en archivos, la ARMH ha podido conocer el lugar de enterramiento de decenas de víctimas de la Dictadura fusiladas en Ponferrada. En el antiguo cementerio del Carmen fueron enterradas decenas de víctimas, desde los primeros días tras el golpe de Estado, con el enterramiento de 18 mineros asturianos, hasta entrada la década de los 50, con la muerte de los últimos guerrilleros. Con los trabajos de prospección, la ARMH ha despejado algunas de las incógnitas sobre este Cementerio, ya que la memoria oral indicaba que allí ya no quedaban entierros después de un supuesto vaciado de la zona en los años 80. Mediante sondeos arqueológicos, los técnicos buscaron la primera fosa que podría contener los restos de dos vecinos de Quilós reclamados por su familia, Antonio Fernández Guerrero, de 25 años de edad y José Canedo Fernández, de 26 años.

«Fueron enterrados en el Cementerio Civil en la parte sur del mismo al lado de la pared y en posición de Oeste a Este.»

Se exhumaron, en esta primera fase de los trabajos, dos cuerpos. El primer cuerpo, con evidentes signos de violencia, vino a confirmar las sospechas sobre la presencia de fusilados en el viejo cementerio, a pesar del vaciado de tumbas que se llevó a cabo en los años 80. El segundo cuerpo fue recogido ya que también presentaba evidencias de pertenecer a un represaliado, dadas las extrañas características de su entierro.

Los trabajos en el antiguo cementerio de Ponferrada continuarán en una segunda fase en la que la Asociación intentará localizar nuevos entierros de represaliados.

 

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