Fosa: Cereixido (Ourense)
Fuente: Informe arqueológico de la exhumación
Autor: Andrés Crespo Prieto
Después del golpe de Estado que se produce en julio de 1936, buena parte de Galicia quedará, a los pocos días, bajo el control de los militares sublevados. Además de las grandes ciudades y capitales, también la Galicia rural estará bajo control de estas fuerzas, y una de ellas, será Valdeorras, en el oriente de Ourense. En toda esta zona existía una fuerte implantación del sindicalismo agrario, tal como han demostrado diversos estudios de reconocidos historiadores, y será por ello que la resistencia contra el golpe sea de consideración, a pesar de los escasos recursos que estas organizaciones tenían para enfrentarse al Ejército.
Debido a esto, toda la zona quedará controlada desde los primeros días, produciéndose con ello un hecho repetido en buena parte del Estado, como fue la huida de cientos de personas hacia las zonas montañosas, con el fin, en primer lugar, de salvar su vida ante la desproporcionada represión violenta y asesinatos que se estaban cometiendo de manera sistemática.
Un considerable grupo de la zona de Valdeorras, se refugiará en los montes próximos a Cereixido, en el concello lugués de Quiroga pero a escasos 20 km de O Barco de Valdeorras y entre ellos destacarán reconocidos miembros de organizaciones sindicales de la zona, aunque también campesinos y trabajadores. En los primeros días de septiembre de 1936, un grupo de unas 14 personas estaba durmiendo en un pajar de esta localidad, pero esa misma noche, un grupo formado por unos 50 falangistas y unos 30 guardias civiles, rodeó el pueblo entrada la madrugada, incendiando el lugar en el que estas personas se encontraban refugiadas, falleciendo todos ellos devorados por las llamas o bajo el fuego de las armas de este numeroso grupo de fuerzas sublevadas. Algunas de las identidades de las víctimas son las siguientes: Germán Fernández Prada, José Díaz González, Manuel Fernández Delgado, Manuel Feas Álvarez, Ovidio Rodríguez López y Aureliano Rodríguez Arias. La fosa común en la que se encontraban los restos de estas víctimas, enterradas al pie de la Iglesia de esta pequeña localidad de la montaña luguesa, fue exhumada en septiembre de 2008 y sus restos, incinerados a petición de los familiares, fueron reinhumados en cementerio de A Rúa en febrero de 2011.
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