Los trabajos de exhumación continúan este viernes de cara a realizarles las pruebas pertinentes y cotejarlos con el ADN de los familiares para confirmar la identidad
elcorreogallego.es / José Manuel Ramos Lavandeira / 22 de septiembre de 2023
Tras dos días de trabajo sin los resultados esperados, y cuando empezaba a cundir el pesimismo, el equipo de arqueólogos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que dirige Serxio Castro, localizó en el cementerio de Bértoa (Carballo) los restos óseos de las cuatro personas que, a la espera de que sean analizados y los estudios lo confirmen, apuntan a que se trata de los coruñeses secuestrados y asesinados por pistoleros franquistas en el mes de septiembre de 1936.
“Foi un momento de grande emoción, tanto para os familiares de Juan Boedo –uno de los fusilados–, que seguiron os labores desde o primeiro día, como para o noso equipo”, afirmó Carmen García-Rodeja, portavoz de la ARMH. Los restos fueron localizados en la segunda de las zonas excavadas, en base a los datos que tenían sobre la posible ubicación de la fosa común en la que habían sido enterrados. Se hallaron también balas, restos de madera y cristal de las supuestas cajas en las que fueron inhumados en su día y alguna tela.
Unos hallazgos que, a falta de confirmación oficial, apuntan a que “son eles”, indicó Carmen García. Por la mañana salieron a la luz los esqueletos de dos cuerpos y por la tarde localizaron a los otros dos, enterrados “en posición perpendicular ao muro do cemiterio”, añadió. Los trabajos continuarán este viernes para exhumar todos los restos localizados de cara a realizarles las pruebas pertinentes y cotejarlos con el ADN de los familiares para confirmar la identidad. “É un proceso longo, que levará varios meses”, señaló la portavoz de la ARMH, pero si todo va bien, será el paso final antes de la entrega a las familias para que puedan darles una digna sepultura.
Cabe recordar que la prospección arqueológica comezó a primera hora del lunes con el objetivo de localizar en el cementerio parroquial de Bértoa los restos de Juan Boedo Pardo, gasista de profesión y vecino de San Cristovo das Viñas (A Coruña), que tenía 28 años cuando fue asesinado; Francisco Miguel Fernández Díaz, pintor, ilustrador, librero y crítico de arte, de 38 años; Andrés Pinilla Fraga, conserje del Colegio Notarial, de 52 años, y su hijo Pedro Pinilla, mécanico de 21 años.
La portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica aseguró que el hallazgo “encheunos de emoción e ledicia, ao igual que aos seus familiares”. Durante los tres días estuvieron presentes los allegados de Juan Boedo, mientras que los de Francisco Miguel Fernández, que residen en México, “nos chamaron para darnos ánimos”, ao igual que a familia de Andrés e Pedro Pinilla, “que aínda están asimilando todo”. Hasta Bértoa se desplazaron también numerosos investigadores, y todos coincidieron en que “é un día histórico para Galicia”, afirmó Carmen García.
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Fotografía destacada: El equipo de arqueólogos limpiando los restos óseos de dos cuerpos hallados este jueves en Bértoa | ARMH