Se trata de Maximino Bergua Lalaguna, Antonio Fanlo Maza, Nicasio Isabal Cajal, Esteban Aínsa Aso, Joaquín Gracia Claver, Ramón Cajal López, Benito Lalaguna Callavé, Agustín Villanúa Batalla y Juan Artigas Martínez, asesinados el 3 de septiembre de 1937. Los trabajos de exhumación se han prolongado durante una semana en el cementerio de Chaca ante la presencia de algunos familiares. «Mi madre siempre quiso recuperar el cuerpo», ha recordado junto a la fosa uno de los hijos, de 92 años.
arainfo.org / Iker González Izagirre / 18 de mayo de 2023
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que llevó a cabo en Priaranza del Bierzo, en el año 2000, la primera exhumación científica de personas desaparecidas por la represión franquista, ha iniciado la búsqueda de una fosa común en el cementerio de Chaca.
En ella han encontrado los restos de nueve republicanos asesinados el 3 de septiembre de 1937. Por la petición de un grupo de familias se quiere localizar e identificar los cuerpos de Maximino Bergua Lalaguna, Antonio Fanlo Maza, Nicasio Isabal Cajal, Esteban Aínsa Aso, Joaquín Gracia Claver, Ramón Cajal López, Benito Lalaguna Callavé, Agustín Villanúa Batalla y Juan Artigas Martínez.
«Mi madre siempre quiso recuperar el cuerpo»
La ARMH ha tenido contacto con las nueve familias, después de que dos que no habían conseguido localizar, las de Agustín Villanúa Batalla y Juan Artigas Martínez, hayan llamado a las personas responsables de la exhumación tras haber tenido conocimiento, a raíz de la publicación de la noticia, de que se estaba llevando a cabo la búsqueda de los cuerpos, según han confirmado este jueves a AraInfo.
En concreto, Agustín Villanúa, hijo de Agustín Villanúa Batalla, que ahora tiene 92 años ha conocido emocionado la noticia y ha visitado la exhumación. «Mi madre siempre quiso recuperar el cuerpo y enterrarlo en Uesca en un panteón familiar», ha señalado al borde de la fosa cuando se cumplen 86 años de los asesinatos.
La madre de Agustín Villanúa supo que su marido estaba enterrado con más hombres pero nunca pudo localizar a las otras familias. Las personas voluntarias de la ARMH le han tomado a Agustín una muestra de ADN de cara a la identificación genética de los cuerpos. También se han puesto en contacto con ARMH familiares de Juan Artigas Martínez.
La ARMH busca también a la familia de Antonio Gallardo Mejía, un objetor de conciencia que se negó a enrolarse en el ejército franquista y a coger un arma y que fue asesinado y enterrado sin nombre junto a la fosa común de los nueve.
Los trabajos de exhumación comenzaron este lunes, y se han cerrado este viernes por la tarde. «Después de retirar una difícil plancha de cemento que cubría la fosa hemos podido acceder al lugar en el que fueron enterradas estas nueve personas. La memoria no para», apuntaba ARMH en una nota de prensa.
«Los nueve sin nombre»
Al comienzo de la guerra, según cuentan los testimonios, fueron destruidas unas piloñas que transportaban electricidad a Biescas y los pueblos de alrededor. Esto fue utilizado, como excusa de sabotaje, por parte de la Guardia Civil y la falange para así detener a nueve vecinos de Biescas como represalia entre octubre y noviembre de 1936, detalla ARMH.
Fueron encarcelados en el seminario de Chaca, habilitado como prisión por los golpistas y en el fuerte Rapitán, fortaleza chacetana también utilizada como cárcel. El día 2 de septiembre de 1937 fueron trasladados a la ermita de La Victoria, pegada al cementerio de Chaca, para ser asesinados al día siguiente por falangistas en la tapia este del cementerio.
Se les enterró en una fosa común del cementerio y fueron inscritos en el libro de enterramiento como «Los nueve sin nombre». En el cementerio de Chaca fueron inhumadas más de 400 víctimas de los golpistas.
Estos «Nueve sin nombre» eran:
Maximino Bergua Lalaguna. Trabajaba como albañil. Estaba casado y tenía un hijo. Vecino de Biescas. Fue asesinado con 42 años.
Antonio Fanlo Maza. Trabajaba como controlador en la central eléctrica de Biescas. Vecino de Biescas. Estaba casado y padre de dos hijos. Tenía 43 años cuando fue asesinado.
Nicasio Isabal Cajal. Trabajaba como encargado de obras en la restauración de edificios de Patrimonio Nacional. Vecino de Biescas, estaba casado y tenía tres hijos. Fue asesinado con 40 años.
Esteban Aínsa Aso. Trabajaba como albañil. Vecino de Biescas, estaba casado y tenía tres hijos. Fue asesinado con 31 años.
Joaquín Gracia Claver. Era albañil. Vecino de Biescas, estaba casado y no tenía hijos. Asesinado a los 31 años.
Ramón Cajal López. Trabajaba en el campo como agricultor y ganadero. Vecino de Biescas, estaba casado y tenía dos hijos. Asesinado a los 33 años.
Benito Lalaguna Callavé. Era albañil. Vecino de Biescas, estaba casado y tenía cinco hijos. Asesinado a los 40 años.
Agustín Villanúa Batalla. Era industrial. Vecino de Igriés, estaba casado y tenía tres hijos. Asesinado a los 38 años.
Juan Artigas Martínez. Nacido en Aguero y posible vecino de la localidad de Chaca.
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Fotografía destacada: Agustín Villanúa, hijo del asesinado Agustín Villanúa Batalla, visita la exhumación de Chaca | Foto: ARMH