Una réplica de la pancarta encargada por la ARMH regresa al campo de concentración nazi de Mauthausen. La comitiva de la ARMH visita también los restos del campo nazi de Gusen recién adquiridos por el gobierno austríaco. En Gusen fueron asesinados por los nazis cerca de 4.000 republicanos españoles
El 5 de mayo de 1945 tropas de la 11ª División Acorazada de los EEUU liberaron el campo de concentración nazi de Mauthausen, en Austria. Aquel día, cuando los soldados norteamericanos atravesaron la entrada principal del campo, una gran pancarta les daba la bienvenida. En ella se podía leer la siguiente frase en castellano y en mayúsculas: “LOS ESPAÑOLES ANTIFASCISTAS SALUDAN A LAS FUERZAS LIBERADORAS” (la misma leyenda, en caracteres más pequeños, aparecía también escrita en inglés y en ruso). Algunos de los pocos republicanos españoles que lograron sobrevivir a aquel infierno decidieron ese día recibir a sus libertadores como tocaba, por todo lo alto. Y no se lo pensaron dos veces. Juntaron unas cuantas sábanas; escribieron la mencionada frase; pintaron en el centro las banderas de las naciones aliadas; y la colocaron en un lugar bien visible, entre las dos torres vigías de la entrada principal al campo de concentración. Aquella icónica instantánea quedó grabada para siempre en el imaginario colectivo de Mauthausen y sigue ilustrando algunos libros de Historia.
77 años después la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) encargó una réplica de aquella pancarta que ha vuelto a cruzar este mes de mayo el umbral del campo de concentración nazi donde fueron deportados la inmensa mayoría de los republicanos españoles. Coincidiendo con los actos conmemorativos de su liberación, organizados por el gobierno austríaco, una representación del grupo de trabajo ‘Triángulo Azul’ de la ARMH trasladaba esa réplica hasta Mauthausen. La pancarta de los españoles volvía a desplegarse en el campo de concentración austríaco para celebrar su liberación. Un hecho que no pasó desapercibido para la mayoría de los asistentes, que se sumó a la iniciativa puesta en marcha por la ARMH en recuerdo de los antifascistas españoles víctimas del nazismo.
EL CAMPO OLVIDADO DE GUSEN
La comitiva de la ARMH asistía también a los actos conmemorativos de la liberación del campo nazi de Gusen, a unos 5 kilómetros de Mauthausen, donde fueron asesinados la mayoría de nuestros deportados, cerca de 4.000 republicanos españoles. Gusen prácticamente ha desaparecido del mapa. Si no llega a ser porque varios supervivientes italianos adquirieron en su día con dinero de su propio bolsillo la parcela del crematorio, así como por la incansable tarea desarrollada durante décadas por un pequeño grupo de voluntarios austríacos en torno al Comité Memorial de Gusen, poco o nada del denominado “infierno de los infiernos” quedaría hoy en pie.
Afortunadamente la titánica tarea de unos y otros ha dado sus frutos, y este año 2022 el gobierno austríaco -por fin- ha adquirido una parte importante de los pocos edificios que quedaban intactos del ‘campo olvidado’ de Gusen. Entre ellos está, sin duda alguna, el que puede considerarse el emblema más negro de la deportación española a campos nazis: el molino de piedra de Gusen. Si los cimientos de ese molino hablasen, lo harían en español. En su construcción perdieron la vida cientos de deportados españoles asesinados por los nazis. Lo denominaban “el pozo” y cuando acabó de construirse pasó a ser el molino de piedra más grande de toda Europa. El director del Área de Archivo e Investigación del Memorial de Mauthausen-Gusen en Austria, Christian Dürr, fue el encargado de mostrar a la comitiva de la ARMH los restos del campo de concentración nazi de Gusen, incluido el antiguo molino de piedra, propiedad de los Poschacher hasta este año y abandonado a su suerte durante demasiado tiempo. Lamentablemente todavía permanecen en manos privadas dos edificios históricos de Gusen: la entrada principal o Jorhaus y el burdel, ambos convertidos en viviendas unifamiliares.